En junio de 2018, el sector manifestó que se encontraba en el umbral de la emergencia. El deterioro del volumen de transporte, el diferimiento de pagos, devolución de cheques, aumento de precios de gasoil, presión laboral, mal venta de los cheques a fecha, tasas bancarias escandalosas para créditos y giros en descubierto describen un escenario que profundizó la espiral decadente y llevó a las empresas a quedarse sin caja.
En los últimos tres meses, el 90% de las empresas se endeudaron con las obligaciones tributarias y las previsiones desaparecieron.
Este crítico panorama se desbordó en el mes de septiembre, superando la variación de costos del 13% y ahora debe sumarse al pedido de reapertura de paritarias con una recomposición que superaría el 40%. Las grandes empresas no reconocen estos incrementos, con lo cual las actuales tarifas en todos los rubros del transporte no alcanzan para cubrir los beneficios necesarios para hacer sustentable la actividad, el costo del capital invertido, la reposición del material rodante y parte de los costos operativos, poniendo esto último en riesgo inminente a la actividad.
Para salir de esta parálisis, el sector necesita medidas urgentes y le pedimos:
- Al Estado Nacional, elevar de 45% actual al 100% el cómputo del impuesto a los combustibles líquidos a cuenta de IVA.
- A los dadores de cargas, perentoria recomposición de tarifas.
- A nuestros proveedores y al propio personal, diálogo como principal herramienta para superar esta difícil circunstancia.
Comisión Directiva