El sindicato dice que habrá menos trabajo; Vialidad lo niega.
Quien pase por una cabina de peaje podrá leer un nombre, el de Javier Iguacel, número uno de Vialidad Nacional. Quien circule por la zona del Acceso Oeste y utilice el enlace entre esta autopista y la ruta 5, que se terminó después de 14 años, también leerá el nombre de Iguacel. En el primer caso, se dice de él que es el responsable de que se queden sin trabajo 2500 familias por la eliminación de cabinas de peaje. En el segundo caso, podrán leerse en Twitter o en algún que otro cartel los agradecimientos por terminar una obra paralizada durante años, que busca dar solución a uno de los puntos más conflictivos de la ruta 5.
Así está hoy el mundo de las rutas. Entre los agradecidos por las obras y los que se quejan por lo que viene.
La polémica se instaló con la llegada del nuevo esquema de concesiones que se realizará bajo el esquema de participación público privada (PPP). Sergio Sánchez, titular del Sindicato Único de Trabajadores de Peaje de la Argentina (Sutpa), lo explica en un comunicado: “No vamos a aceptar la precarización laboral”. Los trabajadores de las estaciones de peajes anticiparon que implementarán medidas de fuerza en caso de que el Gobierno “no garantice la continuidad de las fuentes de trabajo” en los nuevos pliegos de licitación para la explotación de rutas nacionales. Ya hubo, y habrá más movilizaciones frente a la sede de Vialidad Nacional.
En Vialidad dicen que los pliegos establecen expresamente que las empresas que se hagan cargo de las concesiones deberán mantener los empleados y las condiciones laborales. “Lo que sí va a suceder es que muchos de ellos cambiarán de tareas. Se van a levantar varias cabinas de peajes y muchas de ellas no regresarán. Otras van a ser cambiadas de lugar y, además, la apuesta de estas rutas es que los peajes sean electrónicos. Está en los pliegos como condición”, cuenta un funcionario del organismo vial.
Sánchez afirmó que no aceptarán ninguna política de “precarización laboral” y exigió a Iguacel que defina y explique cómo se va a instrumentar el proceso de reconversión. “Estamos de acuerdo con la tecnología, pero se necesita un proceso, porque esta reconversión no se hace de un día para el otro, como pretendía hacerla el Gobierno”, dijo Sánchez. Y reclamó definiciones respecto de “cuáles son los servicios que se van a prestar y qué tareas van a cumplir los trabajadores”.
En el gremio no coinciden. “Si se levantan las estaciones de peaje, no solo miles de argentinos van a quedar en la calle, sino que además las economías regionales de esos pueblos, ya seriamente dañadas, van a verse afectadas por la merma de sus ingresos”, expresó el sindicato en un comunicado.
Hay otro tema que no es menor. Si un trabajador que ahora cobra peaje pasa a realizar otra función, como por ejemplo inspeccionar obras, seguramente otro gremio reclamará por sus aportes. Problemas de encuadramiento que han caracterizado peleas de otras épocas.
Entre las novedades que habrá en las nuevas trazas se verán varias circunvalares. Los pliegos establecen que varias ciudades podrán ser rodeadas por una traza que la rodee. De esa manera, el tráfico que pasa por el lugar pero no lo tiene como destino final, podrá evitar el tramo urbano. “Se va a construir la vía alternativa, exenta de peajes, que llega a la ciudad. Quien quiera, tendrá una alternativa paga por la circunvalar”, explican en Vialidad.
De hecho, ya se hicieron varias reuniones con los interesados en los corredores, para ilustrarlos en todo lo que tiene que ver con expropiaciones.
En esta primera etapa se licitarán los corredores de las rutas 5; 3 y 226; 7 y 33; 9, 11, 34 y 193; Autopista Rosario-Córdoba, y Autopista Riccheri / Ezeiza / Cañuelas, la traza que tenía hasta hace semana una de las empresas de Cristóbal López.
Fuente: LA NACIÓN