Los costos logísticos se mantuvieron estables en octubre, pero se espera que salten otro 3,6% este mes, por un aumento salarial. Las trabas a las importaciones frenan la oferta de insumos clave, que además suben de precio.
La escasez de dólares que sufre la Argentina y que ha llevado a que el Gobierno afine al máximo el embudo por el que filtra las importaciones, está provocando problemas cada vez más graves en diferentes sectores de la economía que necesitan insumos traídos del exterior para poder funcionar.
Los transportistas de cargas son un ejemplo: de acuerdo con el último informe de costos difundido por la Cámara Empresaria del Autotransporte de Cargas de Córdoba (Cedac), la escasez de camiones y cubiertas agravan una situación que viene siendo crítica para este rubro.
“La sustentabilidad de las empresas de autotransporte de cargas está en riesgo por el atraso tarifario que ha ido profundizándose durante los últimos años”, advierte el reporte elaborado por la consultora Economic Trends para la Cedac.
El costo por kilómetro para una carga completa, en la tarifa de referencia de una carga general desde Córdoba a Buenos Aires, se ubicó en 106,72 pesos en octubre, un valor estable en relación a los meses anteriores.
El problema es que la proyección para noviembre da un incremento del 3,6 por ciento, hasta los 110,52 pesos, debido a que habrá que computar la incidencia del aumento salarial del 12,5 por ciento correspondiente a este mes.
El primer cuello de botella en este contexto es que, según fuentes del sector, las empresas “fleteras” no están llegando siquiera a cobrar ese valor de referencia que contempla todos los costos operativos (tanto erogables como no erogables) y un porcentaje de rentabilidad y de margen para la reposición de capital.
“Tomando esos 110,52 pesos como referencia, y dependiendo del rubro que uno atienda y cómo esté su poder adquisitivo, se están pagando entre 80 y 90 pesos”, mencionó un empresario del sector. Significa, en términos sencillos, que apenas están logrando cubrir los costos operativos y a veces ni eso.
El resultado es compañías que están generando pasivos o que se “comen” su capital al no tener suficientes ingresos para reponerlo.
SIN INSUMOS
Todo este escenario pesimista se profundiza con la falta de insumos clave provocada por el freno a las importaciones. En el caso de las cubiertas, por ejemplo, muchos comercializadores ya no tienen siquiera stock. La consecuencia es que, además de no haber, la escasez provoca subas de precios porque la demanda es alta.
Con los camiones, en tanto, sucede lo mismo que con el mercado de autos cero kilómetro: las automotrices tienen un tope para poder traer vehículos desde afuera y eso reduce la oferta y encarece los valores no solo de las unidades nuevas, sino también de las usadas.
“Distintos instrumentos de política económica utilizados para reducir la pérdida de dólares por pago de importaciones han generado durante este año, como tantas veces en el pasado, dificultades para el normal abastecimiento de insumos, como neumáticos, y para la normal reposición de equipamiento, como camiones (tractores y semirremolques)”, alerta el informe de la Cedac.
Y completa: “En los últimos meses, la escasez de camiones ha obligado a la mayoría de las empresas de autotransporte de cargas, para conseguir las unidades en tiempo y forma, a abonar precios efectivos por encima de los precios de lista, en proporciones que implican un sobre costo importante, que aumentan aún más la brecha entre costos y tarifas”.
En el caso mencionado de cargas generales Córdoba-Buenos Aires, ciertos valores de mercado de camiones implican que, en realidad, el costo de 110,52 pesos no alcanza y hay que elevarlo a 114,85 pesos; es decir, un 3,9 por ciento más.
En este marco, la Cedac insiste en que “tal vez el principal problema a resolver por el autotransporte de cargas es el gran atraso general de tarifas, que se encuentran, en promedio, sustancialmente por debajo de los costos”.
Fuente: www.lavoz.com.ar